viernes, 26 de febrero de 2021

Tip Lúcido #61 · Caso Curación Renal


 

Cúrate cómo Bruno.

Esta es la historia de Bruno un varón de 32 años de Argentina. (Tomado del Libro Sueños Lúcidos, Guía Práctica de Charley Mosley).

Declaración de Bruno:

A finales de 2011 los médicos descubrieron que padecía un trastorno llamado fallo renal crónico. Tenían que transplantarme un riñón; de lo contrario, me quedaban muy pocos años de vida. La enfermedad hizo que empezara a meditar y en ese proceso descubrí el sueño lúcido.

No puedo asegurar que fuera únicamente ese particular sueño

lúcido el que cambió el deterioro de mis riñones, pero sí que

desempeñó un papel importante en ese cambio.

Creo que la curación se debió también a las muchas percepciones que obtuve a través de la meditación – debía cambiar la idea que tenía de los riñones – pero después esas meditaciones me llevaron al sueño lúcido, de modo que

imagino que todo esta relacionado.

Cuando empecé a practicar el sueño lúcido, apreciar que el yo

no era tan real como pensaba me ayudaba mucho, y así me di cuenta de que la historia del yo y de mi enfermedad también era irreal. Soltar la historia del «pobre de mi» me ayudó a restarle poder a la enfermedad.

La explicación del sueño:

Fue un sueño más bien corto. Iba andando por un viejo vestíbulo de mármol cuando de repente alcancé la lucidez. Sentí que algo me golpeaba por la espalda y caí al suelo. Enseguida recordé mi plan del sueño: la curación de mis riñones. Cuando estuve lúcido, me puse las dos manos a la espalda, sobre los riñones, y empecé a irradiar energía hacia ellos. Luego sentí lo que parecía una corriente eléctrica que salía de las manos y llegaba a la espalda y los riñones. Era como un cosquilleo. Duro unos diez segundos. Y ahí me desperté.

La vida después del sueño:

Todo el proceso no duró más de un año, pero puedo asegurar que después de aquel sueño lúcido mis riñones dejaron de

deteriorarse y el nivel de creatina se mantuvo en torno a 6,5 unos nueve meses, un nivel estable.

Después de aquel sueño también tuve una percepción: me di cuenta de que no tengo que pedirle a los riñones que se curen, sino darles las gracias por lo bien que han funcionado hasta ahora. Así que comencé a enviarles la energía del «gracias por hacer que siga vivo todo este tiempo», y no «por favor, curaos».

Creo que fue la suma de todo esto lo que hizo que los riñones dejaran de empeorar: todo empezó con la reconciliación con mis riñones y mi situación, pero el sueño lúcido fue el último

paso. El paso vital. Aldo:

Así como Bruno se curó, tu también lo puedes hacer. La vida también es un sueño y no es tan real cómo a veces no la tomamos. Llevemos ligero el equipaje que es mejor, y soltemos aquello que nos pudiera detener de avanzar.

¡Gracias por mantenerte vivo hasta ahora!


Aldo, 


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