Imagina que llevas toda la vida escribiéndole a un amigo todas las noches, y sabes perfectamente que ese amigo que tienes ni si quiera se molesta en leer las cartas. Sin embargo, eres muy obstinado y le sigues escribiendo y escribiendo con mucha pasión y entusiasmo. Luego un día, te das cuenta que ese amigo por fin empieza a leer tus cartas.
¿Cómo te sentirías?
Muy probablemente tendrías una dichosa sensación de conexión con esa persona y es posible que comiences a escribirle cartas cada vez más atrayentes y que le despierten un mayor interés.
Este es el efecto que ocurre con los sueños y el inconsciente. Nuestro inconsciente nos escribe todos los días (o noches más bien), entre 5 y 6 cartas que las personas que afirman (¡Qué no sueñan!) no quieren leer. Si nosotros queremos entablar una buena amistad con nuestro subconsciente lo que debemos de empezar a hacer es:
Recoger el correo.
Recoger el correo no es solamente «recordar nuestros sueños» es también analizarlos y encontrar el significado a través de tu propia interpretación. Nadie puede interpretarlo porque esa carta iba solamente con 1 destinatario. ¡Tu!
Imagínate la alegría que siente tu subconsciente porque finalmente se pueden conocer.
Al conocer al remitente, el contenido comienza a ser más trascendente y se comparten ideas más profundas. El tip de hoy te recomienda que hagas una amistad y establezcas en estrecho laso de amistad entre tu y tu subconsciente.
La idea de conocer al remitente tiene muchos autores incluyendo Sigmund Freud, sin embargo fragmentos de este texto provienen del libro Sueños Lúcidos, Guía práctica de Charlie Morley.
Aldo